RESERVA Y RECLAMACIÓN

Amigos del fútbol 7. El domingo a las 11 de la mañana tenemos reservado el campo C del Complejo Municipal de La Albericia para jugar nuestro partido semanal.

Esto que a priori parece sencillo y normal, no lo es tanto. Incluso estoy en disposición de afirmar que es todo los contrario.

Sin ir más lejos esta mañana he llegado la límite de mi paciencia con los empleados de La Albericia. Si tengo razón o no, nadie mejor que vosotros que sois imparciales y podéis ver el caso desde la distancia, para decir si he hecho lo que procedía o no.

• Me planto a las 10:25 en La Albericia con la hora pegada al culo. Tenía que estar a las 10:45 en las estaciones, pero teniendo en cuenta que iba en coche yo creo que estaba dentro del horario previsto.

• Entro a las oficinas del complejo, que estaban abierts y con las luces encendidas y no hay nadie dentro.

• Espero unos minutos y como no aparece nadie me acerco a la taquilla a preguntar si hay campo libre. El taquillero me dice que el domingo está todo libre pero que la reserva la tengo que hacer en la oficina.

• Espero otros cinco minutos y como veo que no voy a a llegar a tiempo a las estaciones vuelvo a la taquilla y le digo al tonto de los cojones que a ver si me lo puede hacer él, igual que la semana pasada. Me dice que no, no, no, que el no puede. Que el de las oficinas (el otro tonto de los cojones) habrá salido a tomar un café y que tengo que esperarle.

• Empiezo a runfar y le digo que si el encargado no está alguien se tendrá que ocupar de sus asustos mientras no esté. Me dice el hijodelagranputa que estará tomando el café, que tiene derecho a un rato para eso. Le contesto que me parece perfecto que tenga tiempo de tomar un café (o de cascarse una paja) pero que lo que no es lógico es que yo (un cliente/un usuario) tenga que estar esperando y perdiendo el tiempo a que llegue la única persona de todo el complejo autorizada a hacerme una reserva del campo.

• Todavía no sé para qué cojones el subnormal de la taquilla llamó por teléfono a las oficinas a preguntar si estaba el encargado para alquilar un campo (ya sabíamos los dos que no estaba). La que le contestó que no estaba y que no se podía hacer la reserva, otroa hijadeputa disitinta, tampoco fue capaz de aportar ninguna solución.

• Así que como me tenía que ir le pedí el hujoputa una hoja de reclamaciones para que vayan a vacilar a sus putas madres. Con las mismas me fui a las estaciones a hacer lo que tenía que hacer.

• Por vosotros y por el fútbol recapacité y volvía a la carga sobre las 12:00 a ver si ya se había tomado el café el estresao de los cojones. Supongo que si porque ya estaba en su puesto de trabajo, de dond epor cierto no debería ausentarse. Le digo a lo que vengo y me dice que de memoria sabe él que está completo todo el día. Yo ya me contengo como puedo y le digo que el de la puerta (obviando que hijodelagranputa es su verdadero nombre) me ha dicho por la mañana que estaba todo libre y entonces dice: "¡Ah! el domingo, pensaba que era el sábado. El domingo si, efectivamente está libre todo el día"

• Le relleno el papel con la solicitud de la reserva y cuando se lo doy me dice que le vaya a la Caja a hacerle transferencia. Le digo que la semana anterior lo he pagado en la taquilla y me contesta que no sabe por qué habra sido pero que es un caso muy extraño y que lo correcto es hacer la transferencia.

• Entre no arrancarle la cabeza de una ostia y no volver a la taquilla a verle la jeta al primer hijoputa, pienso que quizás sea mejor irme a la Caja y hacer la puta trnsferencia. ¡Y una mierda así de gande! llego a la caja y no hay menos de 20 personas haciendo cola. Además de las 20 al menos la ktad son pustas viejas de esas que solo saben dar por el culo y están una media de 10 minutos para retirar la puta paga del mes o para ingresar 20€ en la cartilla (por supuesto con la libreta sin actualizar).

• Os juro por dios que nunca hemos estado tan cercade no jugar el partido de los fines de semana. Con un sonoro "cagondios" me retiré de la cola y me fui a la puta calle sin hacer la transferencia. Recapacité por segunda vez en la misma mañana y pensé en vosotros y en el partido. Hice de tripas corazón y me acerqué a la oficina de la caja del Carrefour del Alisal.

• Allí no había cola, solo una chica joven haciendo unas gestiones. Gestiones que a mi juicio eran un poco lentas y latosas (eso al pasar de los cinco minutos). Ya cuando se ve obligada a sacar el móvil y llamar a su madre (o a su puta madre) para pedirle el número de DNI para hacer losque había ido a hacer. Ahí ya me cegué y exploté.

• Alcé la voz y dije "¿Me cago hasta en mi puta madre, hoy es le día de los tontos o qué?" Marga, que a esas horas ya estaba conmigo me dijo "Calla joder, déjala" lo que puso peor las cosas de lo que estaban. "Pero como lo voy a dejar si la hijaputa lleva diez minutos dando por culo a la chica de la caja y todavía tiene que llamar a la madre. Joder si yo voy a hacer un recado a alguien me llevo todos los datos que voy a necesitar o incluso más de los que sojn necesarios por si acaso. Más que nada para no tocar los cojones ni a los que están trabajando ni al resto de personas".

• Lo debieron entender a la primera (la de la caja y la pesada de los huevos) porque agilizaron los trámites de manera notable. Una vez le doy los datos a la de la caja para hacer la transferencia, lo mira y me dice que le sobren números a la cuenta destinataria del ingreso. Le dig entonces que erá lo único que les sobra porque faltarles les flatan varios veranos. Le debió hacer gracia porque me dedicó una sonrisa cómplice y se buscó la vida para hacerme la gestión sin hacerme perder más tiempo.

• Con todos los requisitos cumplidos volví a las oficinas del Complejo, a las 12:45 para entrega rel comprobante de la transferencia. No se mostró muy extrañado del tiempo que había tardado en llevárselo, y si lo estaba lo disimuló de cojones. Así que con palabras amables y buen rollito se acepto nuestra reserva y el campo está a nuestra disposición el domingo a las 11 de la mañana.

Ahora mismo, en cuanto publique esta entrada, me voy a poner a escribir la hoja de reclamaciones que me he llevado esta mañana de la taquilla. Puede que no sirva de nada pero van a ir finos todos. Unos por inútiles, otros por jetas, otros por hijos de puta y algunos por todo lo anterior junto.


LA ANÉCDOTA

No todo es desesperarse en La Albericia. También hay momentos divertidos o al menos surrealistas. Si la semana pasada fue el cartero repatiendo la correspondencia sin bajarse de la moto. Esta semana la caña ha sido un camión de reparto (de aceite, fruta, cajas varias) que saliá de la cafetería del Complejo con una de las puertas de atrás abiertas.

Nada más salir a la calle tomó la primera curva un poco rápido y se le abrió la otra puerta de atrás. Unos chavales le intentaron avisar entre gritos y carcajadas, yo miraba la escena y el de seguridad del complejo simplemente se encojía de hombros y se partía la caja.

El caso es que a la tercera curva, cuando enfilaba dirección al pabellón del Teka, se le empezaron a caer las cosas que llevaba en el camión, cajas de botellas de aceite, el carro para llevar las cajas, etc. Por no hablar de que las puertas traseras iban y venían por el camión como si fueran las orejas de un elefante.

No sé cuando se daría cuenta el paisano de que llevaba las puertas abiertas y la carga esparcida por la carretera. El caso es que tiró calle alante y yo bastante tenía con intentar entenderme con el taquillero como para sergir al espabilado del camión.

La Albericia tiene esas cosas, que te desesperan pero a la vez te divierten con curiosas anécdotas que luego puedes contar a tus amigos.