Si la semana pasada el fútbol fue tremendamente injusto con el equipo Argentino, esta semana les devolvió con creces lo que les debía.
BRASIL: Manute, Javi Rodriguez, Michel, Fermín, Darwin, Carlos y Emilio
ARGENTINA: César, Laury, Juan, Chechu, Luisman, Javier y JuanII
Esta vez si ganó el que mejor jugó durante el partido. Si Brasil se llevó la victoria a domicilio en el último partido, solo por tener más acierto en el remate que Argentina. Ayer fueron los argentinos los que se levaron el gato al gua gracias a su mejor juego, o al menos a su mejor disciplina táctica.
Los brasileños pagaron con la derrota su falta de espíritu colectivo y su prepotencia. Una "superioridad" que les llevó a pedir que se igualase el partido antes de empezar argumentando que se veían excesivamente superiores a su rival. Los argentinos no solo rechazaron la propuesta si no que, picados en su amor propio, lograron no solo la ganar si no hacerlo remontando los primeros goles del partido.
Porque Brasil comenzó bien, mandando en el marcador y en el juego. Hasta que se pensaron que habían ganado el partido en 10 minutos y empezaron todos a hacer la guerra por su cuenta. Entonces los argentinos redujeron distancias primero, empataron después y se pusieron por delante a continuación.
Solo cuando se vieron dos goles abajo quisieron reaccionar los brasileños. Cambiaron algunos hombres de posición ero todos sus esfuerzos fueron inútiles. El equipo estaba demasiado estático como para romper la defensa argentina y tampoco se sacrificaron en defensa para evitar recibir más goles.
Argentina con un equipo de circunstancias se encomendó a la defensa de Laury y Juan y a la calidad de Luisman. Un hombre que ha crecido con cada partido que ha jugado y que ayer dio un recital de movimientos con y sin balón. Se erigió en el líder de su equipo y pudo con toda la responsabilidad que se echó sobre sus hombros. Solo por eso se le perdonaron sus protestas continuas a los rivales y al arbitraje.
Un resultado abultado y favorable a los visitantes (más o menos un 4-7) que dan una victoria inesperada a los argentinos y hunde a Brasil en un mar de dudas para saber qué hacer en los próximos compromisos.
BRASIL: Manute, Javi Rodriguez, Michel, Fermín, Darwin, Carlos y Emilio
ARGENTINA: César, Laury, Juan, Chechu, Luisman, Javier y JuanII
Esta vez si ganó el que mejor jugó durante el partido. Si Brasil se llevó la victoria a domicilio en el último partido, solo por tener más acierto en el remate que Argentina. Ayer fueron los argentinos los que se levaron el gato al gua gracias a su mejor juego, o al menos a su mejor disciplina táctica.
Los brasileños pagaron con la derrota su falta de espíritu colectivo y su prepotencia. Una "superioridad" que les llevó a pedir que se igualase el partido antes de empezar argumentando que se veían excesivamente superiores a su rival. Los argentinos no solo rechazaron la propuesta si no que, picados en su amor propio, lograron no solo la ganar si no hacerlo remontando los primeros goles del partido.
Porque Brasil comenzó bien, mandando en el marcador y en el juego. Hasta que se pensaron que habían ganado el partido en 10 minutos y empezaron todos a hacer la guerra por su cuenta. Entonces los argentinos redujeron distancias primero, empataron después y se pusieron por delante a continuación.
Solo cuando se vieron dos goles abajo quisieron reaccionar los brasileños. Cambiaron algunos hombres de posición ero todos sus esfuerzos fueron inútiles. El equipo estaba demasiado estático como para romper la defensa argentina y tampoco se sacrificaron en defensa para evitar recibir más goles.
Argentina con un equipo de circunstancias se encomendó a la defensa de Laury y Juan y a la calidad de Luisman. Un hombre que ha crecido con cada partido que ha jugado y que ayer dio un recital de movimientos con y sin balón. Se erigió en el líder de su equipo y pudo con toda la responsabilidad que se echó sobre sus hombros. Solo por eso se le perdonaron sus protestas continuas a los rivales y al arbitraje.
Un resultado abultado y favorable a los visitantes (más o menos un 4-7) que dan una victoria inesperada a los argentinos y hunde a Brasil en un mar de dudas para saber qué hacer en los próximos compromisos.
Y una exhibición de Luisman que los diarios más importantes de todo el mundo recogen en sus portadas.
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