Brasileiros – 4
Argentinos – 6
Brasil del 70: Manute, Michel, Javi, Carlos, Maxi, Rubén, Josué, Darwin, Julio
Argentina del 86: César, Laury, Juan I, Óscar, Juan II, Luisman, Chechu, Fermín, Eloy, Marcos
Lamentable el espectáculo que dieron estos dos equipos en la mañana santanderina. Siempre tiene una excusa para justificar la ausencia de calidad de su juego, pero al final la única verdad es que cuando no están presos les persigue la policía. Si son pocos dicen que no pueden correr y que así no es posible jugar bien. Y si son muchos entonces dicen que no hay espacios y que la gente no sabe colocarse y distribuirse por el campo. Así que sea cual sea el número de jugadores, el partido es una mierda.
En esta ocasión la afluencia de futbolistas fue masiva, como corresponde a un domingo por la mañana. Acudieron a la cita reaparecidos como Maxi y los 4 sudamericanos (no los del grupo musical), también volvieron viejas glorias como Julio San Emeterio. Todos ellos hicieron que las ausencias (que también las hubo) no se notasen ni en calidad ni, desgraciadamente, en calidad.
Para no perder las costumbres se empezó a jugar tarde. Los equipos parecían claramente descompensados antes del pitido final, pero los argentinos no parecían tener inconvenientes al respecto. Los brasileiros los tenían pero callaron para no enturbiar el ambiente.
A pesar de ser uno más y mejor equipo, los argentinos empezaron perdiendo a las primeras de cambio. Fue por 1-0 pero pudo haber sido por varios más si los delanteros locales hubieran acertado la mitad de las ocasiones que tuvieron, ¡solo la mitad!.
Se esperaba la reacción de los visitantes aunque solo fuera por jugar con uno más. Dar la vuelta al marcador solo era cuestión de tiempo y de paciencia. Lo que nadie esperaba es que los brasileiros se disparasen ellos solitos un tiro en el pie. Con el 1-0 y el partido “controlado” los amarillos perdieron dos balones en defensa, que supusieron los dos primeros goles argentinos, por su empecinamiento en no dar el balón a su portero para volver a empezar la jugada y un tercer balón, esta vez por fin enviado hacia atrás, al que su portero no pudo llegar se convirtió en el 1-3.
Con el partido roto y cada uno haciendo la guerra por su cuenta, el juego se convirtió en un correcalles donde todos sabían lo que tenían que hacer los demás y ninguno sabía hacer lo que tenía que hacer él mismo (así en general lo digo).
Desde ese momento los goles caían en una y otra portería siempre precedidos de fallos rivales antes que de aciertos propios. Los que menos fallaron fueron los argentinos y por eso ganaron. Ambos equipos podrán decir que merecieron ganar y no mentirían. Se jugó tan mal que cualquiera que lo hubiera hecho con un mínimo de cabeza se habría llevado el gato al agua.
Al final les tocó llevarse la victoria a los argentinos, un triunfo que ni siquiera cabe calificar como justo o injusto, simplemente era inevitable. Algunos ni sudaron, otros sudaron para nada y el resto no sabe / no contesta.
Total, que si somos pocos no se puede jugar y si somos muchos tampoco. O nunca estamos contentos o no sabemos lo que queremos.
EL CRACK: Eloy. Estaba trabajando y pidió a un compañero que le cubriese un rato que iba a hacer un recado. Se presentó en La Albericia a jugar con un par. Solo por eso merece este apartado. Además que conste que no se trata de un funcionario de la administración pública, ni de ningún pequeño empresario. Eloy es un trabajador por cuanta ajena de una empresa privada, con lo cual su gesto tiene un valor que se multiplica por infinito.
EL DANDY: Julio San Emeterio. Reapareció después de años retirado del fútbol y fue de lo mejorcito que anduvo por el campo. Fuerte, rápido, luchador y contundente. El mejor gol de la mañana llevó su firma.
EL COJONAZOS: Manute. Entendió como una afrenta personal que sus defensas no le pasasen el balón y regalasen los dos primeros tantos a los argentinos. Avisó de que si primero no le querían centrar después él no quería que le centrasen. Otra cosa no, pero que cuando se le mete algo en la cabeza no se lo saca nadie es un hecho contrastado y comprobado. Así que la primera (y única) vez que sus defensas le cedieron el balón, Manute hizo la estatua y el balón se introdujo en la portería.
¡VAYA DÍA!: Carlos. Regaló los dos primeros goles a los delanteros contrarios y quedó marcado para el resto del partido. Es un hombre de moral frágil y no se recuperó en toda la mañana. Su juego fue errático y ni los ánimos de sus compañeros le hicieron venirse arriba.
2 comentarios:
Menos mal que has recitificado en el Cojonazos, porque eso de poner "un balón al que no pudo llegar" me parece muy fuerte....
Y también creo que es injusto olvidarse del partido que hizo Maxi, tanto en el campo como en la portería, fué clave para la victoria de los argentinos jejeje.
Así como las constantes trampas de chechu, balones cogidos con la mano, agarrones en el área.....
Fdo. Evidentemente anónimo.
Gracias por no nombrar al delantero amarillo que falló en 100% de sus ocasiones.
Evidentemente tambien anonimo.
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