Nadie en su sano juicio habría apostado por los amarillos antes del partido. Viendo las alineaciones titulares de los dos equipos, te tiene que sobrar el dinero para apostar un euro a que los amarillos no salían goleados del Municipal de Frajanas. Pero el fútbol es así y los amarillos volvieron a demostrar que si no se trata solo de correr más y chutar más fuerte, ellos son los mejores.
Equipo Argentino – 3
Equipo Amarillo – 5
Argentinos: Manute, Chuchi, Laury, Chechu, César II, Óscar, Ramón, Abraham y Eloy
Antes del pitido inicial se discutió si agrandar el campo o dejarlo cómo estaba. Al ser 9 contra 9 los amarillos aceptaron agrandarlo aunque en principio no lo veían como una buena idea. A mayor extensión de campo más ventaja para el equipo más fuerte físicamente, o eso pensábamos todos. Pero es posible que agrandar el campo fuese al final lo que perjudicó a los argentinos. Un equipo que se vio con bandas para correr y espacios para centrar balones aéreos y no supo jugar el balón por abajo ni hacer circular la pelota buscando el hueco. Un equipo que solo se limitó a empujar a los amarillos en su área y someterlos a un bombardeo continuo de pelotazos imposibles de rematar para sus delanteros.
El desorden táctico de los argentinos es de tal calibre que parece imposible que sean incapaces de verlo por sus propios ojos. Incluso cuando alguien se lo intenta explicar, le miran cómo diciendo; “¿De qué me está hablando este?” El centro del campo argentino es un desierto por el que esporádicamente pasa alguno, pero de dónde rápidamente escapan todos. Así es imposible mantener la posesión del balón ni hilvanar jugadas con algún sentido.
El dibujo argentino sobre el terreno de juego se limita en dos o tres defensas y cuatro delanteros. De los cuatro de arriba, uno al azar se deja caer hasta el centro del campo para recoger el balón y desde una banda centrar al área buscando la cabeza de sus compañeros de ataque. Cómo nadie tiene precisamente un guante en el pie, los centros se convierten en misiles imposibles de rematar para nadie. Pero lo más grave de todo es que los cuatro delanteros están convencidos que el problema de su equipo es que los defensas no marcan encima y dejan recibir el balón a los delanteros amarillos. Para nada contemplan la posibilidad de jugar con uno o dos delanteros y bajar al centro del campo para mover el balón e incorporarse al remate desde atrás.
Si con esta manera de jugar te encuentras enfrente con un equipo con mayúsculas estás abocado al fracaso, cómo fue el caso de ayer. Porque los amarillos fueron un señor equipo, solidarios, sacrificados, generosos con el compañero, contundentes en defensa y resolutivos en ataque. En definitiva un verdadero placer para el espectador más exigente.
Los amarillos se sabían inferiores físicamente y plantearon el partido perfecto. Convirtiendo los defectos de sus rivales en virtudes propias y dando toda una lección de fútbol moderno a los argentinos. Es cierto que la victoria amarilla tuvo gran parte de sacrificio y sufrimiento, pero la pregunta correcta es: “¿Me divierto cuando gano o me divierto cuando me pongo a regatear aunque al final perdamos?” Los amarillos eligieron la primera opción y fueron los que más se divirtieron, si no durante el partido al menos seguro que lo hicieron cuando el árbitro decretó el final del encuentro y se vieron ganadores en el día que parecían tenerlo todo en contra.
Con la mínima distancia posible entre líneas, con unos defensas aplicados, que no dudaban un instante en despejar la pelota o jugarla por bajo según lo requiriese el momento, con centrocampistas de ida y vuelta y sin ningún delantero estático esperando al balón largo. Los amarillos hicieron posiblemente el mejor partido que se les recuerda en mucho tiempo, si no el más espectacular, desde luego el más serio.
Todos corrían, todos luchaban, todos metían la pierna y luego los que mejor estaban se iban hacia delante con criterio y sin egoísmos. No se recuerda ninguna jugada individual en las filas amarillas y en cambio marcaron 5 goles. Incluso por momentos el baño fue histórico. Con el 0-3 y el 1-4 en el marcador la lección que los amarillos estaban dando a los argentinos era digna de figurar en los libros de la historia futbolística. Ni siquiera el lógico bajón físico de la recta final del partido logró empañar la gran tarde de los amarillos en Astillero.
Los argentinos protestaron el final del partido cómo si fueran perdiendo por uno o empatados. Es verdad que salvo con el 0-0 inicial nunca estuvieron tan cerca de los amarillos que con el 3-5 del final. Pero no sabríamos decir quién estaba más cerca de marcar un gol, si los argentinos metiendo balonazos o los amarillos rechazándolos todos y esperando a sentenciar en un contraataque. Es posible que si el partido hubiese durado tres horas más, al final los argentinos se habrían llevado el gato al agua, pero eso además de improbable habría sido injusto. En vez de protestar al árbitro y a sus propios compañeros, los argentinos deberían recapacitar y aprender a distribuirse por el campo ocupando todas las posiciones, así ganarían casi todos los partidos y no solo los que se juegan 5 contra 5.
EL CRACK: Darwin. Impresionante el partido que se marcó el medio centro amarillo. Fue un coloso a la hora defender y un espectáculo a la hora de proteger el balón cuando lo tenía en sus pies. Los argentino no fueron capaces de robarle ni una pelota, lo que dio a sus compañeros el tiempo necesario para recuperar el aliento y sumarse a posiciones ofensivas. Todo su equipo estuvo brillante, es injusto olvidarse del partidazo de Carlos, Javi o Michel. De la seriedad y el trabajo de Rubén o del compromiso de Fermín, Josué y el Zurdo. Pero el partidazo que se marcó Darwin en la posición mas determinante que existe en el fútbol le hace merecedor de esta distinción.
EL DANDY: Zurdo. El amigo que fichó Javi R para el partido. Además de jugar bien y por momentos muy bien, dio en el clavo con sus declaraciones al finalizar el partido mientras nos tomábamos unas cervezas (otro punto a su favor). Dijo: “¡Qué serios jugáis! He visto como que había mucha tensión en la gente, yo creo que hay que jugar más serenos, sin tantos nervios. Os gritáis demasiado y hay algunos que se lo toman demasiado a pecho”
Una lección que nos ha dado alguien que viene por primera vez y que por lo tanto está libre de prejuicios. Alguien que lo ve todo desde fuera y de manera neutral. Ahora la pelota está en nuestro tejado y creo que deberíamos de hacerle caso.
¡VAYA DÍA! Abraham. Todavía estamos pensando cuantos pelotazos serán necesarios para que se de cuenta que centrando balones aéreos desde las bandas no es nada fácil marcar un gol en las porterías de fútbol 7. Es imposible contar cuantas veces repitió la misma jugada, podríamos decir que 20 veces y quedarnos cortos. Volvió a quedar en evidencia en otro partido en el que sirve de poco correr más que los demás.
EL DURO: Chuchi. No encontró en ningún momento el ritmo del partido. Se vio desbordado por su banda en cuanto le enfrentaron los amarillos en superioridad numérica. Solo pudo parar a Fermín con una dura entrada en una de las veces que le encaró y le superó.
8 comentarios:
Grande equipo amarillo Graaandeeee!
Rojos pufos,
Oscar acabado,
Ramón tiene menos gol que Raul,
Abraham y Eloy maderos.
¡que gran victoria!.
Nadie comenta el gran acierto táctico de Manuel con el cambio de portero,
Que lectura del partido!
Extraordinario una vez mas.
Y muñiz entrenando en primera.
No creo que sin cambiar de portero el resultado habría sido diferente.
Los goles amarillos fueron imparables y el baño táctico que sufrieron los rojos no fue por los porteros. Fue por los defensas
Me alegro de no haber podido ir al partido el sábado porque, sin duda alguna, habría sido uno de los responsables de no haber defendido bien o haberme adelantado a los amarillos.
Quizás debamos pensar que no merece la pena salir todos los días mosqueados por no centrar a la primera, por no controlar el balón, o por no centrar a los de siempre y, sobre todo, debemos pensar que tenemos que ir para pasárnoslo bien, que para cobrar o recibir broncas ya están las mujeres cuando llegamos tarde o los jefes cuando se les tuerce el día. Lo peor de todo es que cada vez parece más cercano el día en el que acabemos a HOSTIAS entre nosotros, algo que solo algunos profesionales hacen (y por dinero o espectáculo). Hace meses ya estuvimos cerca con Rubén y con Eloy, dos típos que fuera del campo serían incapaces de matar una mosca (bueno, de pegarse por una tontería), pero que dentro del campo y, con la tensión que se transmite, es una realidad, tensión que como se demuestra día a día no repercute en el juego, porque cada vez es más normal que los amarillos ganen los partidos (y eso que son mucho peores, aunque no juegue Manute). Miguel.
yo creo que no estuve en astillero el sabado! en fin. Puedo estar de acuerdo con el autor de la cronica que el juego de los "pibes" no fue el mejor pero vamos de baño y lección ná de ná, con un poco de acierto en el remate el resultado hubiese sido totalmente distinto. el 90% de los goles amarillos son siempre al contragolpe o sea juego de toque mu poquito. ala ahora a darme caña.........
A este último le digo, que estamos hablando del partido del sábado en astillero de 7:05 a 8:20, que debe ser distinto del que dice el, en este se pegó un baño a los albicelestes bastante importante, por defensa, por toque, por gol, por todo. quizás no hicimos un regate en todo el partido, pero en el futbol a veces no hace falta.
Y por cierto, el comentario de Miguel, que quede claro que no es michel, ya que michel siempre ha defendido las broncas, chillidos y movidas.
Fdo. Michel.
Por cierto, se me olvidaba,
Nachín, me han dicho que andas por ahí, que lees, pero no escribes nada.
¡cabrón llamanos algún viernes pa tomar algo!
Bueno, menos este viernes que me voy al puebluco (que es San Cosme y San Damián).
Fdo. Michel.
miguel,vuelve,que grande!!!!!ven con los amarillos,alli se respira paz y amor...el profe
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