Equipo Albiceleste - 4
Un gol en de Ramón en los últimos minutos del partido dio el triunfo a su equipo sin que los jugadores amarillos terminasen de estar convencidos de la validez del tanto.
Ramón recogió un balón que había acabado en saque de esquina y sacó con rapidez mientras Manute, bajo los palos, ya había pedido tres veces a sus compañeros que tapasen el primer palo. No lo hizo nadie y Ramón golpeó el balón con el exterior de su pierna izquierda para alojarlo en las redes después de tocar el balón el la escuadra más alejada del banderín de corner.
No es que dudemos de la calidad de Ramón, pero todo indica que los amarillos tenían razón. El balón se estaba moviendo y estaba colocado fuera del semicírculo desde dónde deben sacarse los saques de esquina.
Tampoco ese último gol debe servir de excusa para los amarillos. Si perdieron el partido no fue por un gol en su portería, si no por los fallos en el remate cuando se acercaron a la portería rival.
No les ayudó mucho a los amarillos el trabajo de su secretaría técnica. Llevan tiempo sin acertar con los fichajes y el partido del domingo no fue una excepción. Ni la ayuda de Chechu, que se cambió de equipo, fue suficiente para equilibrar la escasa aportación de sus delanteros. Fichajes siempre con una planta admirable pero que fracasan uno tras otros en cuanto se enfundan la canariha.
Los albicelestes jugaron más compactos, con más fe en sus posiblidades y sabiendo mejor lo que hay que hacer que sus rivals. No se puede decir que estuviesen finos de cara al gol, pero al menos llegaron con peligro a la portería amarilla.
El partido fue complicado de jugar, muy trabado y con pocos espacios, lo que perjudicó al espectáculo. Extrañamente y a pesar de las ausencias de algunos habituales, se presentaron 17 personas a jugar. Ese fue el principal motivo de que nadie jugase cómodo y no se vieran acciones brillantes
EL CRACK: Ramón. Se pasó el partido fallando ocasiones por un centímetro. Paro apareció cuando más falta le hacía a su equipo para firmar el gol del triunfo, un tanto tan polémico como espectácular.
EL DANDY: Óscar. Llegó fuera de forma después de estar un mes parado sin disputar ningún partido. Es cierto que solo se movió en seis baldosas, pero desde ese pequeño espacio llevó la manija de su equipo y fue el que más criterio puso a la hora de jugar el balón.
¡VAYA DÍA! El jugador desconocido. No sabemos cómo se llama el delantero centro del equipo amarillo, pero es casi mejor que no llevase el nombre en la espalda. Así nadie se acordará de quién falló los goles que falló.
Ramón recogió un balón que había acabado en saque de esquina y sacó con rapidez mientras Manute, bajo los palos, ya había pedido tres veces a sus compañeros que tapasen el primer palo. No lo hizo nadie y Ramón golpeó el balón con el exterior de su pierna izquierda para alojarlo en las redes después de tocar el balón el la escuadra más alejada del banderín de corner.
No es que dudemos de la calidad de Ramón, pero todo indica que los amarillos tenían razón. El balón se estaba moviendo y estaba colocado fuera del semicírculo desde dónde deben sacarse los saques de esquina.
Tampoco ese último gol debe servir de excusa para los amarillos. Si perdieron el partido no fue por un gol en su portería, si no por los fallos en el remate cuando se acercaron a la portería rival.
No les ayudó mucho a los amarillos el trabajo de su secretaría técnica. Llevan tiempo sin acertar con los fichajes y el partido del domingo no fue una excepción. Ni la ayuda de Chechu, que se cambió de equipo, fue suficiente para equilibrar la escasa aportación de sus delanteros. Fichajes siempre con una planta admirable pero que fracasan uno tras otros en cuanto se enfundan la canariha.
Los albicelestes jugaron más compactos, con más fe en sus posiblidades y sabiendo mejor lo que hay que hacer que sus rivals. No se puede decir que estuviesen finos de cara al gol, pero al menos llegaron con peligro a la portería amarilla.
El partido fue complicado de jugar, muy trabado y con pocos espacios, lo que perjudicó al espectáculo. Extrañamente y a pesar de las ausencias de algunos habituales, se presentaron 17 personas a jugar. Ese fue el principal motivo de que nadie jugase cómodo y no se vieran acciones brillantes
EL CRACK: Ramón. Se pasó el partido fallando ocasiones por un centímetro. Paro apareció cuando más falta le hacía a su equipo para firmar el gol del triunfo, un tanto tan polémico como espectácular.
EL DANDY: Óscar. Llegó fuera de forma después de estar un mes parado sin disputar ningún partido. Es cierto que solo se movió en seis baldosas, pero desde ese pequeño espacio llevó la manija de su equipo y fue el que más criterio puso a la hora de jugar el balón.
¡VAYA DÍA! El jugador desconocido. No sabemos cómo se llama el delantero centro del equipo amarillo, pero es casi mejor que no llevase el nombre en la espalda. Así nadie se acordará de quién falló los goles que falló.
4 comentarios:
Es una pena que ya no se pongan las alineaciones en la crónica, ya que era divertido quien iba a jugar, pero entiendo que es prácticamente imposible saber los nombres de todos los nuevos fichajes que se hacen.
¡Cómo está el mercado!
Es imposible. Pero totalmente imposible saber quien era el petardo que nos endiñaron.
Y casi mejor no saberlo
era un belga,como chite,lo juro que es verdad
A mi se me parecía más a Rusfeld, pero si es belga pues será el Tchité blanco
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